Cuando pintan en las paredes, estas personas están mandando un mensaje
fraternal de amor para toda la humanidad, en perjuicio de sus derechos de
autor, y también -según algunos más quisquillosos- en detrimento del mobiliario
urbano público (Dram&Bas, 1989).
Pero, ¿qué son 300€ de multa por conducta incívica comparado
con el gesto impagable de compartir tus sentimientos con tus congéneres de
forma desinteresada?
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