Sus conquistas para acabar con la chabacanería teatral fueron las siguientes: “codificó la etiqueta de la moderna experiencia concertística, con su carácter venerable, pseudorreligioso […] Mahler expulsó a los clubes de admiradores de los cantantes, cortó los breves aplausos entre números, obsequiaba con una mirada glacial a los asistentes a conciertos que no dejaban de hablar y obligaba a los que llegaban tarde a esperar en el vestíbulo”
Por facilitar el disfrute a todos los melómanos, Gustav, te damos las gracias desde la Cátedra Rod Stewart para el estudio hitórico musical de la Universidad de Westrinton, de todo corazón.
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