CONSUMIDORES OCASIONALES
No demuestran especial aprecio
por el tema ni les desata pasiones en contra. Lo consideran un producto más, ni
bueno, ni malo, como el pan de molde, los chalecos de rayas o las chanclas
brasileiras.
En este grupo destacan:
- Vendedores de enciclopedias a domicilio. Su trabajo ya es suficientemente duro y anacrónico como para existencializar su ocio. Si al encender la radio suena Celine Dion, lo dejan, si es Escorbuto, también (Sánchez, 2016).
-
Enfermos crónicos de dermatitis atópica, que basculan
entre el odio y el amor enfermizo. Claro está, ello depende de la ausencia o no
de brote y prurito (Torrales, 2016). Falta un estudio musicológico-médico que trate la relación
del arte de Apolo con la atopía seborreica y que ofrezca una salida
musicoterapéutica.
-
Sectas mileniaristas. Si bien se usan en la
captación de adeptos (los testigos de Jehová también las utilizan), su uso no
es de larga duración por motivos obvios (Torrales, 2016).
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