Haremos una división básica en 3
grupos en base a la frecuencia de su consumo.
CONSUMIDORES COMPULSIVOS
Dentro de su heterogeneidad,
destacan varios rasgos comunes: la defensa irracional de los cantantes solistas, desconfianza hacia los temas sociales, optimismo inquebrantable que raya la
estupidez congénita, tal y como afirman Helmet et al. (2001), colores complementarios
en su indumentaria y un alto porcentaje (cercano al 90%) de intolerantes a la
lactosa.
En este grupo destacan:
-
Adolescentes y mayores de 95 años. Se comprende que el primer grupo está en la
fase de afianzamiento de la personalidad y el gusto individual. El segundo
grupo, …¿lo estaría perdiendo? De momento son hipótesis (Sánchez y Torrales, 2015). Es un dato que, de
momento, desconcierta a la comunidad científica. Tanto en la muestra elegida como en el grupo control hay síntomas de desconcierto y encopresia que limitan la interpretación de los resultados (Torrales, 2016).
-
Personas con ingresos entre 15.000 y 22.000
euros anuales. Parece ser la cantidad
adecuada que permite compatibilizar un cierto ocio y una falta de
responsabilidades acuciantes (Sánchez y Torrales, 2015)
.
-
Potenciales suicidas. Se desconoce si su
personalidad depresiva les hace caer en la tentación o si por el contrario el
consumo de material musical amatorio les priva del interés por la vida (Torrales, 2016).
-
Monitores de Cau, colonias y campamentos
religiosos. Cuentan con el beneplácito de saber que “no es para toda la vida”, y la mayoría
encuentran un sentido a la vida tarde o temprano (Sánchez, 2016).
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